lunes, 11 de junio de 2007

ECOSISTEMAS DE COMUNICACIÓN, ANALISTAS SIMBÓLICOS Y ESFERA PÚBLICA EDUCATIVA (Rae)

A) Bibliografía
MONSVAÍS, C. (2001), Aires de familia, cultura y sociedad en América Latina, Barcelona, Anagrama.
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ORTIZ DE MASCHWITZ, E, (2000) Inteligencias múltiples en la educación de la persona, Bogotá, Cooperativa Editorial Magisterio.
ORTIZ, Renato, (2002), Globalización y esfera pública. Entre lo nacional y lo transnacional, en: Signo y pensamiento, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, No. 41.
PARRA Sandoval, R. (1996), Escuela y modernidad en Colombia, Bogotá, Tercer Mundo.
PISCITELLI, A. (1998), Post-televisión. Ecología de los medios en la era de Internet, Buenos Aires, Paidós.
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RODRÍGUEZ, J. G. et al, (2001), El campo de la educación en la Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogotá-. Estado del arte, 1995-2000 y perspectivas 2001-2003, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Programa RED.
WEBER, K, (2002), Language and experience, Roskilde, Roskilde, Universitet.

B) Descripción
La ponencia Ecosistemas de comunicación, analistas simbólicos y esfera pública educativa, plantea que la educación es la que permite comprender la llamada sociedad de la información en la era de la globalización respecto a las relaciones tensionantes de la educación-comunicación. A esa comprensión contribuye el ecosistema de la comunicación al aclarar la relación de doble faz que reside en la globalización, al basarse en los discursos que elabora, y a la vez, valerse de las prácticas pedagógicas que demanda. Sin embargo, en la proyección generacional se entendería el problema por sus categorías de naturaleza sociológica, producto de la hibridación.
Hay una brecha entre los textos del discurso globalizado y la forma como lo perciben los estudiantes universitarios del siglo XXI en las prácticas pedagógicas. La globalización tiene sus bondades pero también lleva a una baja capacidad argumentativa. Mientras las prácticas pedagógicas no transformen estas relaciones el sistema permanecerá igual, puesto que el aula es el espacio que permite aprender a vencer la dificultad para construir puntos de vista propios y argumentar un hecho. Entre los retos a asumir están: plantear y generar un diálogo intergeneracional, incrementar el discurso crítico y superar la subvaloración de los procesos reflexivos entendidos como determinantes del ecosistema de comunicación. Es necesario acercarnos a una epistemología local, en una lógica no de globalización sino de glocalización –lo global más lo local-.

C) Fuentes
Ver bibliografía.

D) Contenidos
Dentro de la complejidad del abordaje del estudio de la globalización, la educación permite comprender las implicaciones sociales, económicas y culturales; que por ser tema de manejo público es de interés de directivos educativos, investigadores y profesionales de la llamada sociedad de la información -analistas simbólicos- quienes pueden contribuir a descifrar las relaciones tensionantes de la educación-comunicación. Hay problemas a sortear: 1. El sistema educativo no logra transformase tan rápido como los procesos sociales mismos y 2. El mito de una educación ideal.
La idealización de la educación: un mito que se actualiza permanentemente
Los expertos consideran que no existe un verdadero ideal de lo educativo, pero si existen propósitos y propuestas basadas en sistemas sociales y sistemas culturales, donde lo educativo debe responder, al menos, a criterios básicos de verdad -¿qué es la verdad?-, bondad -¿qué es justo? ¿qué no lo es?-, de belleza -¿qué es bello? ¿qué no lo es?-. Cómo cada sociedad o grupo humano le apuesta a un ideal de educación basado en el contexto simbólico en el que se desarrolla, actualmente la mirada se concentra en la globalización, en la que hay que identificar los retos, carencias, bondades y dificultades.
Atribuir al fenómeno de la globalización una novedad que no aplica
Es imprescindible diferenciar la globalización de lo que se entiende por internacionalización, mundialización y otros procesos distintos. En esa diferenciación ayuda el ecosistema de la comunicación al explicitar la relación educación-comunicación.
El ecosistema de comunicación
El ámbito de lo educativo contribuye a aclarar la relación de doble cara que reside en la globalización: por un lado, se basa en los discursos que elabora, y a otro, se ampara en las prácticas pedagógicas que reclama. Esto significa que le da la bienvenida a las tecnologías, hace culto a la tecnologización del aula y al acceso abierto a las mismas; pero en las prácticas pedagógicas operan relaciones de poder autoritarias, jerárquicas, verticales (Rodríguez, et al; Moreno, 2001). Por consiguiente, dice la autora, cabe preguntarse sobre el sujeto que produce la información, lo que lleva a los analistas simbólicos en el sistema educativo globalizado a aprender a usar las fuentes, manejar unos criterios de selección de las mismas, trabajar con internet, entre otras herramientas. Dentro de las prácticas pedagógicas, aún imperantes, se sigue pensando que únicamente los sujetos que producen información son los académicos notables, los teóricos o expertos que publican en las revistas indexadas -lo que no significa que no se conciba el proceso educativo sin la referencia académica, sin la ciencia publicada, incluso, sin la industria de la información científica-, subvalorando que las tecnologías de la información, TIC´s, han movido escenarios y creado nuevas formas de relación, como el alumno-navegante, quien es portador y productor de información. Para entender el problema hay que recurrir a las categorías generacionales, las cuales son de naturaleza sociológica, es decir, verse en las personas, discursos, historias comunes, símbolos, creencias, etc. En la perspectiva generacional hay contrastes producto de la hibridación (Monsiváis, 2001; Martín-Barbero, 2002; Renato Ortiz, 2002), y es en esa cultura de mestizajes, de bricolaje que se encuentran las pistas de sus desentrañamientos.
El mito del sujeto activo
En estudios recientes se ha constatado que al querer los docentes romper la estructura clásica de la práctica pedagógica, los propios estudiantes son los que demandan el ritual, la recepción pasiva, la producción memorística que pide un docente que haga siempre lo mismo, predecible, centrado en la tradición escrita; sin embargo, desde los 90´s los estudiantes son generaciones globalizadas, ¿no es contradictorio?.
La producción de conocimiento
Hay una brecha entre lo que se dice en el discurso globalizado y la forma como lo viven y lo perciben los estudiantes universitarios del siglo XXI en las prácticas pedagógicas. Ahora se afirma que todos los escenarios son de aprendizaje, que el profesor sólo canaliza, orienta y promueve; que hay una gran preocupación por la interactividad de los dispositivos de aprendizaje, pero para muchos el aula es un espacio mecánico de certezas, de rutinas, de ritos siempre iguales. La globalización tiene sus bondades pero también aumenta la baja capacidad argumentativa. El discurso de la globalización dice que las fuentes de conocimiento están descentradas, que son de fácil acceso desde cualquier lugar hacia cualquier espacio, pero los estudiantes recurren al menor esfuerzo de búsqueda sencilla al acceder a internet, para copiar y pegar información. Mientras las prácticas pedagógicas no transformen estas relaciones el sistema permanecerá igual, entendiendo que las transformaciones no se dan desde afuera –BM, FMI, BID, MEN, Colciencias-, sino desde adentro –aula, relaciones maestro-alumno, uso de fuentes, etc-. Para ser analistas simbólicos hay que vencer la dificultad para construir puntos de vista propios, para plantear un problema, para delimitar un asunto, para contraargumentar un hecho.
Algunos retos
En Colombia es necesario asumir los siguientes retos: Primero: plantear y generar un diálogo intergeneracional que recoja el capital cultural de adultos, jóvenes, niños y niñas. Segundo: incrementar el discurso crítico que contrarreste las bajas competencias argumentativas. Tercero: superar la subvaloración de los procesos reflexivos entendidos como determinantes del ecosistema de comunicación. En resumen, es necesario acercarnos a una epistemología local, en una lógica no de globalización sino de glocalización –lo global más lo local-. Así es posible comprendernos a nosotros mismos como sujetos históricos; emerge con fuerza la cultura local, el capítal simbólico de la colombianidad; se posiciona en nuestra propia agenda social la preocupación por la calidad de la educación básica, media y universitaria; y nos acercamos al mundo globalizado como analistas simbólicos y no como simples consumidores y reproductores de información, de simple entrecomillados en los textos, de seleccione, copie y pegue.

E) Conclusiones
En las implicaciones sociales, económicas y culturales del país en estos tiempos de globalización, hay problemas a sortear como el que ocurre en el sistema educativo que no logra transformase a la misma velocidad como lo hacen los procesos sociales, y al prevalecer, aún, el mito de una educación ideal. Afirman los expertos que no existe un verdadero ideal de lo educativo, pero si existen propósitos y propuestas basadas en sistemas sociales y sistemas culturales, donde lo educativo debe responder, al menos, a criterios básicos de verdad, de bondad y de belleza. Actualmente la mirada se concentra en la globalización, en la que hay que identificar los retos, carencias, bondades y dificultades. Para entender la complejidad de la posición de doble cara de la globalización es recomendable recurrir a las categorías generacionales que vislumbran esa cultura de mestizajes o hibridación.
Hay una brecha entre lo que se dice en el discurso globalizado y la forma como lo viven y lo perciben los estudiantes universitarios del siglo XXI en las prácticas pedagógicas. La globalización tiene sus bondades pero también aumenta la baja capacidad argumentativa. Mientras las prácticas pedagógicas no transformen estas relaciones el sistema permanecerá igual, entendiendo que las transformaciones no se dan desde afuera sino desde adentro. Para ser analistas simbólicos hay que vencer la dificultad para construir puntos de vista propios, para plantear un problema, para delimitar un asunto, para contraargumentar un hecho.
En Colombia es necesario asumir los siguientes retos: Primero: plantear y generar un diálogo intergeneracional. Segundo: incrementar el discurso crítico que contrarreste las bajas competencias argumentativas. Tercero: superar la subvaloración de los procesos reflexivos entendidos como determinantes del ecosistema de comunicación. Es necesario acercarnos a una epistemología local, en una lógica no de globalización sino de glocalización –lo global más lo local-. De esa manera nos comprendernos a nosotros mismos como sujetos históricos; emerge con fuerza la cultura local, el capítal simbólico de la colombianidad; en nuestra propia agenda social se posiciona la preocupación por la calidad de la educación básica, media y universitaria; y nos acercamos al mundo globalizado como analistas simbólicos y no como simples consumidores y reproductores de información.

F) Autor del RAE
GUSTAVO BENAVIDES LADINO. Docente Facultad de Ciencias Humanas. Grupo de Estudio Da Vinci.

Fecha: Villavicencio, octubre 22 de 2006

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