jueves, 19 de mayo de 2016

La “Visión” desde las humanidades



A “Ordenar el pensamiento”…




Por:    Otto Gerardo Salazar Pérez
Director Escuela de Humanidades, Facultad Ciencias Humanas y Educación
            Grupo de Estudio Da Vinci
Grupo de Investigación Da Vinci
Humanidades, Cultura y Desarrollo

          Recién se socializó el trabajo de prospectiva sobre el futuro desarrollo de la región de la Orinoquía en la publicación: “Visión de visiones, el desarrollo sostenible, las voces de los territorios”, producto del convenio de Cooperación Ecopetrol-Unillanos. La coordinación y ejecución estuvo a cargo del Instituto de Ciencias Ambientales de la Orinoquia Colombiana y la Maestría en Gestión Ambiental Sostenible de la Universidad de los Llanos 2015.

        Es un trabajo sólido y juicioso. Pero como todo trabajo de prospectiva, es un buen listado de deseos mediados por una ardua reflexión de varios intelectuales y comunidad de la región, un balón lanzado al campo de otros, los decididores que llaman en el ámbito político y gubernamental del orden nacional y de los sectores productivos y económicos que tendrán la última palabra. El sector minero, de hidrocarburos, los palmeros y funcionarios de orden nacional con visión centralista de gestión y con intereses particulares jugados en la región. Así funciona la planeación en este país, derivada de una carta magna que en muchos aspectos es otra ruta de deseos y buenos propósitos que no se cumplen.

         Decía Adamoli Maesani que los programas y los planes de gobierno en Colombia suelen ser listas de deseos que suelen carecer de un “cómo lograrlos”. Así, su enunciación no compromete a nadie en cumplirlos. No obstante, si esos mismos propósitos se enunciaran en metodologías de “cómo logarlos”, estaríamos más cerca de alcanzarlos.

            La región no ha estado ajena a los procesos de prospectiva y planeación que son como huesos que roemos un buen tiempo mientras resuenan de sequedad, y entonces, viene un nuevo ejercicio prospectivo cargado de sustancia y nos embarcamos con renovados ánimos en los nuevos ejercicios de prospectiva y futurología. Se cita esto en el primer capítulo de texto. (Pg. 13-37).

             Pero el documento tiene el gran valor de saber y plantear lo que es necesario hacer en la región para lograr un desarrollo sostenible, armónico y humano en la región para los próximos 20 años. Está nutrido de un grupo de especialistas que discurren sobre el tema del agua –que pomposamente llaman ahora hidropolítica-, biodiversidad, gobernanza, inclusión y participación, crecimiento urbano sostenible, institucionalidad local sólida, paz territorial, etc.
          Alfredo Arias, Eduardo Wills, Omar Baquero, Rosalba Jiménez, Luis Guillermo Castro, Clara Inés Caro, Manuel Enrique Pérez, Luis Ignacio Gallo, Yaneth Bagarozza entre otros.
            Aun cuando las nociones operan sobre los términos citados arriba: sostenibilidad, biodiversidad, institucionalidad, etc., todos ellos recaban en dos nociones fundamentales posibilitadoras de todas ellas: la educación y la investigación.

           Escribe Alfredo Arias: Problema: “El detrimento del agua regional, se sabe, tiene como causas principales la deforestación, la contaminación, el mal uso del territorio y del suelo y la sedimentación.” Solución: “El insumo sustancial del conocimiento del agua para la construcción de una hidropolítica integral y fuerte en la región requiere por sobre todo acometer un ambicioso proyecto de cambio de conciencia y cultura por el agua”. 

              El resaltado es nuestro. Es decir, educar.

             Eduardo Wills: Problema: (…) el capital humano  regional es débil y las universidades que operan en la región hacen muy poca investigación”.  Solución –parte-: “Generación y gestión del conocimiento y saberes en la región, tanto básicos como aplicados, lo cual implicará una inversión muy importante en laboratorios y fortalecimiento  de la universidad regional. Es decir, investigación.

        Omar Baquero desenmascara el cinismo de la estrategia en contra de la región: “Es cierto, como lo señalan las palabras de un Gobernador de Arauca en un Consejo Directivo del extinto CORPES Orinoquia, que además fue profesor de escuela, que el establecimiento político regional sabe del peligro de educar a los electores”. Y agrega como estocada: “(…) la universidad regional forma pero no ayuda a crear pensamiento”. Mala educación, deficiencia educativa por carencia de reflexión y de investigación.

          Rosalba Jiménez sabe que el salvavidas de sus comunidades indígenas para asimilarse y sobrevivir en su esencia es la educación: el Proyecto Educativo Comunitario PEC, el Sistema Educativo Indígena Propio, SEIP y IES indígenas con enfoque diferencial e intercultural.

      La biodiversidad como base del desarrollo regional, de acuerdo con Luis Guillermo Castro, está en cambiar la prácticas depredatorias sobre los ecosistemas boscosos producto de la ignorancia. El desconocimiento de los ecosistemas naturales de la Orinoquia es resultado de una práctica de la ignorancia de un currículo sordo al entorno y pobre en investigación. Afirma Clara Inés Caro: “Otro punto (…) la debilidad en la investigación en biotecnología, bioprospección, biocomercio”. Y remata: Es tarea misional, desde la academia (…) en plazo corto formen comunidades sociales, líderes y sociedades informadas”. En otros palabras, educadas para actuar en consciencia.

       Frente a estos planteamientos y para empezar con el ejemplo por casa, la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de los Llanos, tiene en buena medida la responsabilidad de adecuar en mediano plazo su estructura, la ampliación de su oferta académica y los proyectos de extensión para impactar de forma más radical la región en la consenso sobre el insumo básico de solución de muchos de los problemas de la región planteados en la “Visión de Visiones”: la educación.

    Y a la propia universidad -en pos de ordenar su pensamiento-,  para llevar la investigación, en su propia institucionalidad, a la posición que le garantice autonomía de recursos y administrativos que podrían derivarse de una vice rectoría de investigaciones en Unillanos, respaldada por un fondo de financiación para investigación que desde hace quince años cacareó el PDI,  a cargo de la Oficina de Planeación, en aquellos años, en cabeza de Alberto Baquero Nariño.

       Si este Plan o Visión se inscribieran en coherencia, tendría una segunda fase en “el cómo” llevarlo a cabo, en una metodología para aterrizar las propuestas centrales formuladas.

Fuentes de Información

Adamoli, A. (1996). Violencia y religiosidad. Publicación: Santa Fe de Bogotá Editorial Escuela Colombiana de Ingeniería. 94 p. 24 cm.

Caro, C.;  Benavides, G.;  Torres, M.;Parada, S. (2016).  Visión de Visiones del desarrollo sostenible de los Llanos Orientales: Las Voces de los Territorios. Universidad de los Llanos - Ecopetrol

Las nuevas formas de leer y estatuto del saber en la postmodernidad


Por: Otto Gerardo Salazar Pérez

Las nuevas culturas que se manifiestan en la escuela u otros escenarios, a cualquier nivel: orales, escriturales y audiovisuales se relaciona con formas de abordar el conocimiento de manera diferente en procura de propósitos colectivos: la búsqueda y gestión del conocimiento. Maestros y estudiantes, por ejemplo, tiene una relación con la lectura y sus formas de producción, circulación y acumulación del saber que es diversa. Las culturas orales secundarias –saben leer pero leen poco-, obedecen a psicodinámicas de oralidad según lo mencionado arriba; las culturas letradas, formadas y centradas en el libro, discurren en sus modos de pensar de manera lineal y lógica; las nuevas culturas audiovisuales y tecnológicas, tienen un marcado modo analógico de relación y asociación. Son divergentes y creativas, difieren en las maneras de pensar y actuar a las generaciones inmediatamente anteriores.

Lo afirmado configura uno o varios campos de tensión. Lo que traen a colación McLuhan, García Canclini, Eco y otros teóricos es lo que se podría llamarse un malestar de la cultura. Un campo de tensión, de rechazo a la tradición por una parte, o a lo nuevo por la otra.

Según Armando González Segovia (2003), la postmodernidad, se caracteriza por varios elementos, a saber: "fragmentación cultural en la sociedad, cambio tecnológico complejo y veloz, saturación de información, consumo masivo de objetos e imágenes, predominancia del hedonismo y carencia de compromiso social, culto a lo natural y valores permisivos y light con relación a modos de vida personales".

Sin embargo, este trabajo planteado tiene como límites el conocimiento en lo que significan la incorporación y uso de los dispositivos tecnológicos personales: el PC, la Table, Smartfhone, en las formas de leer.

Así la lectura en su tecnología básica esté jugada en lo mismo: la decodificación de signos impresos sobre cualquier superficie: tablillas de barro, cortezas de árbol, papiro, papel, pantallas LED o LCD, etc., este cambio lleva de por sí radicales efectos. Por ejemplo, la impresión en papel, que dio la bienvenida a las culturas tipográficas, mediante la masificación del libro originó la lectura silenciosa y personal. Y de ello se siguió un cambio radical en relación al saber. Se leía un solo ejemplar en colectivo básicamente para retener el conocimiento, para repetirlo de manera precisa. Con la lectura silenciosa y solitaria, surge la crítica, el cuestionamiento y a la postre da en una nueva relación con el conocimiento.

Martín-Barbero (2000: p.105), por ejemplo, desde el campo de estudio de la Comunicación Educación, señala:

“Un proceso que no había tenido casi cambios desde la invención de la imprenta sufre hoy una mutación de fondo con la aparición del texto electrónico. Que no viene a remplazar el libro –pueden estar tranquilos los profesores que el libro no va a desaparecer-, sino a descentrar la cultura occidental de su eje letrado; a relevar al libro de su centralidad ordenadora, de la disposición ordenada de saberes que la estructura libro había impuesto al movimiento de la escritura y la lectura, esto es, su secuencialidad de izquierda a derecha y de arriba abajo”.

Excepto por algunas pistas que da Coiro (2003) al referir la “Serendipia”; la búsqueda y el hallazgo por azar de información, a través de múltiples y analógicos senderos configurados por los “enlaces” que llevan de un texto a otro, no solo escritos sin iconícos, sonoros, etc., es relativo poco el estudio que se ha hecho sobre las nuevas pautas de relación con el conocimiento a partir de la lectura que se da en dispositivos tecnológicos. Al saber sistemático, analítico y racional, las nuevas formas de leer plantean nuevas formas de relación con el conocimiento: asistemático, creativo, heterogéneo en la admisión y combinación de códigos con marcado acento emocional. La palabra, el “concepto” que cifraba el lenguaje escrito tradicional es remplazado por el “emoticón”.

Las posibilidades de hacer aportes teóricos importantes a sectores amplios, como el educativo, empresarial, comunicacional y otros desde el punto de la emergencia de nuevas formas de leer a partir de las nuevas tecnologías, brindaría elementos de reflexión de gran interés en la medida que traen a colación el concepto de saber y conocimiento.

En la actualidad y con lo que significa la incorporación refinada de nuevos dispositivos usados para la lectura, igual, es de esperarse un remezón. No solo porque el soporte eleva en proporciones geométricas la cantidad de oferta textual de variadas condiciones -lo que hace imposible leer como se leía de manera tradicional-, sino porque estas nuevas tecnologías cambian de manera radical todas las esferas de actividad humana; Para relacionarnos, para interactuar, para gobernar y ser gobernados, para acceder a bienes y servicios.


Sin embargo, la relación de la lectura con el conocimiento, sigue siendo la más trascendente ya que en ella se resuelven las demás. 

Referencias Bibliográficas:
Garcia, N. (1990) Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Editorial Grijalbo. México. 1990 ..

González, A. (2003) La Postmodernidad y otros conceptos en la Enseñanza de la Ciencia de la Historia. Ponencia del VIII Simposio de Historia de los Llanos Colombo Venezolanos. Villavicencio.

Lyotard, JF. (1991). La condición postmoderna Informe sobre el saber. Buenos Aires: Ediciones Cátedra. 2°.
Martín-Barbero. J.  (2002).  La globalización en clave cultural: una mirada latinoamericana. Globalismo y Pluralismo. Monteral, abril 2002.
McLuhan, M. (1962). La Galaxia Gutemberg: génesis de homo tipográfhicus

McLuhan, M. (1996). Comprender los medios de comunicación. Paidos Editorial. Barcelona.

Ong, W. J. (1982). Oralidad y escritura. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.

Las nuevas formas de leer


Por: Otto Gerardo Salazar Pérez
        Coordinador Grupo de Estudio Da Vinci

¿Cómo leerán las nuevas generaciones? ¿Qué tendencias de lectura se perfilan en los nuevos ámbitos culturales y comunicativos? ¿Qué nuevas competencias serán necesarias para que los nuevos lectores construyan y compartan sentidos a partir de los nuevos tipos de texto que presentan las nuevas tecnologías en Internet y multimedia? ¿Cómo enfrentarán los lectores de texto convencionales las nuevas propuestas de lectura que plantean los nuevos ámbitos culturales y comunicativos?

En últimas, y de manera central: ¿Cómo se afecta la producción y circulación del conocimiento a partir de las nuevas formas de leer?

Se pueden considerar como nuevas formas de leer aquellas generadas por los soportes digitales; es decir, en el uso de las diversas tecnologías informáticas computacionales y dispositivos personales que significan una ruptura con las formas tradicionales de leer centradas en el libro y que por más de cuatro siglos estableció la imprenta. Las formas de leer, como una cierta tecnología, tienen una estrecha relación con  la producción y circulación del conocimiento. Por ejemplo, en las culturas caligráficas, en la medida que se veían limitadas en el número de ejemplares de libro, tenían establecida la práctica de la lectura compartida y en la mayoría de los casos la exégesis corría por cuenta del lector. La lectura, más que un oficio de interpretación, seguía siendo una dinámica de memoria.

A partir de la popularización del libro y la disponibilidad de varios ejemplares, surgió la lectura solitaria y silenciosa, y en correlación, la interpretación y el punto de vista personal. Es decir que esta nueva forma de leer, inaugurada con la imprenta, marcó un cambio de relación entre el lector y la producción y circulación del conocimiento. La pauta memorística vino a ser remplazada por el ejercicio interpretativo y crítico de la lectura solitaria. Afloran los sismas, surge la divergencia y se refinan las psicodinámicas agonísticas de los debates intelectuales.

Ong, W (1982) describe  cómo las psicodinámicas de las culturas orales, se relacionan con la conservación y circulación del conocimiento. Describe igualmente, cómo la lectura y escritura modifica la conciencia en el sujeto de culturas con escritura. Ong, describe nueve psicodinámicas del discurso oral, que son básicamente nemotecnia para conservar el conocimiento. Una de ellas, (iv) Conservadoras y tradicionalistas manifiesta una relación clara con el conocimiento. El interés por su conservación, el apego a lo ya sabido en contra la de la innovación y la creatividad. La necesidad de conservar fielmente lo conocido proscribía las tendencias divergentes y entronizaban la repetición.


Con el surgimiento de la escritura en algunas sociedades se marca una nueva relación con el conocimiento. Cierta distancia con la realidad –la separación entre el conocedor y lo conocido (Havelog, 1963, citado por Ong), configurando en la autonomía del texto, la artificialidad, la lógica y linealidad en orden sucesivo que impone el texto escrito y leído expresa una nueva relación con el conocimiento. La memoria deja de ser la base del saber. Prevalece el análisis y la racionalidad se expresa con exactitud en vocabulario enriquecido y especializado. La escritura refina el pensamiento y mediante ámbitos escolarizados permite la producción, acumulación y circulación de cantidades inconmensurables de conocimiento de manera atemporal. El conocimiento se puede dar de manera vicaria y no directa.

Referencias Bibliográficas:
Garcia, N. (1990) Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Editorial Grijalbo. México. 1990 ..

González, A. (2003) La Postmodernidad y otros conceptos en la Enseñanza de la Ciencia de la Historia. Ponencia del VIII Simposio de Historia de los Llanos Colombo Venezolanos. Villavicencio.

Lyotard, JF. (1991). La condición postmoderna Informe sobre el saber. Buenos Aires: Ediciones Cátedra. 2°.
Martín-Barbero. J.  (2002).  La globalización en clave cultural: una mirada latinoamericana. Globalismo y Pluralismo. Monteral, abril 2002.
McLuhan, M. (1962). La Galaxia Gutemberg: génesis de homo tipográfhicus

McLuhan, M. (1996). Comprender los medios de comunicación. Paidos Editorial. Barcelona.

Ong, W. J. (1982). Oralidad y escritura. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.