jueves, 14 de junio de 2007

Rae. Educar en la Era Planetaria

Edgar Morin y otros.


INFORMACION BIBLIOGRAFICA
MORIN, Edgar; CIURANA, Emilio Roger y MOTTA, Raúl D. Colección Libertad y Cambio Educar en la Era Planetaria. 2002. Primera edición, noviembre de 2003. Barcelona. España. Editorial Gedisa, S. A.


DESCRIPCION
Este texto contiene tres capítulos que abordan en conjunto la tesis de una educación planetaria hacia el futuro. “Elaborado a partir de la evaluación de las experiencias de formación y debate realizadas por la cátedra itinerante UNESCO “Edgar Morin” para el Pensamiento Complejo en distinto países , principalmente Argentina, Brasil, Colombia, México, España, Francia, Italia y Portugal”. Consta de tres capítulos: I. El Método, (Estrategias para el conocimiento y la acción en un camino que se piensa. II. La Complejidad del pensamiento complejo, (El pensamiento complejo de la complejidad. III. Los desafíos de la era planetaria, (El posible despertar de una sociedad - mundo). Epílogo. Los tres capítulos constituyen un ensayo articulado que examina las concepciones de método, complejidad y posibilidades de una educación planetaria, partiendo del devenir histórico de la humanidad que muestran una tendencia hacia la integración global en aspectos de ciencia, técnica, industria e interés económico.
Dentro de sus tesis centrales, se debate y cuestiona el concepto de método tradicional como limitación para asumir la problemática actual en materia educativa y social la cual esta revestida de complejidad y azar, centrado en la racionalidad del positivismo científico que descartó otras miradas y otras posibilidades de acceder al conocimiento y la comprensión del ser humano. De igual modo, se diferencian las nociones de complejidad y complicación, que nos obstante parecerse, tienen orígenes etimológicos diferentes y están sujetas a polisemia y ambigüedad en su uso.
Basado en todo lo anterior, y haciendo una revisión histórica de los avances e involuciones de la humanidad en la búsqueda del bienestar de la raza humana, se sustenta la posibilidad de buscar salidas alternativas a un imperio de la ciencia y de las concepciones del ser humano y del conocimiento.

FUENTES
WHITMAN, Walt.
GILGAMESH.
BACHELARD, Gastón.
ZAMBRANO, Maria. Notas de un método. Madrid, Mandadori, 1989.
MACHADO, Antonio. Obras, poesías y prosa. Buenos Aires, Lozada, 1964.
Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, 1999.
LEWIN, Roger. Complejidad, Barcelona, Tusquets, 1995.
LE MOIGNE, Jean-Louis. De l´analyse de la complicación a laconceptionde la complexité. Paris, L´Harmattan, 1999.
FERRERO MELGAR, M. Prólogo a la obra de Niels Bohr, La Teoría atómica y la descripción de la naturaleza, Madrid, Alianza Editorial, 1988.
Nota: para más bibliografía de cada capítulo, ver bibliografía.


CONTENIDOS
Capítulo I: El Método (Estrategias para el conocimiento y la acción en un camino que se piensa)
El método hacia la búsqueda del conocimiento ha sido limitado, estático y dogmático y quizás en otros momentos de desarrollo del ser humano fue de gran utilidad, pero su noción en virtud a los tiempos cambiantes y azarosos debe revaluarse por una noción más flexible que modifique la actitud y el modo de actuar del ser humano: “ante situaciones cambiantes e inciertas los programas sirven poco y, en cambio, es necesaria la presencia de un sujeto pensante y estratega”.
El método planteado dentro de la concepción de pensamiento complejo, “incluye una visión del método de la experiencia del ensayo. El ensayo como expresión escrita de la actividad pensante y la reflexión, es la forma más afín al pensar moderno. El método debe asumirse como búsqueda y camino, no como fin. Debe concebirse como travesía y estrategia imposible de reducir a un programa o curso previamente delimitado.
Capítulo II: La Complejidad del pensamiento complejo (El pensamiento complejo de la complejidad)
Complejidad “es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados, que presentan la paradójica relación de lo uno y lo múltiple. La complejidad, entendida como un tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que constituyen nuestro mundo. No es lo mismo que complicación. Lo que es complicado “puede reducirse a un principio simple, como una madeja enredada o un nudo de marinero”. Si el mundo fuera simplemente complicado bastaría aplicar reducciones usadas y conocidas.
La complejidad ha pretendido se reducida y extinguida por parte de la investigación científica. La confusión no se aviene bien con la persecución de claridad y establecimiento de verdades absolutas de la ciencia. Frente a la complejidad, la ciencia en sus métodos tradicionales quiere ser simplista y reducidora. Sin embargo, el desarrollo del conocimiento y el reconocimiento a las diversas epistemés han demostrado la posibilidad de reconciliar nociones en apariencia dispares y contradictorias, como lo han descubierto estudios de la física y astronomía.
“A menudo la complejidad es un concepto incongruente en el seno de la investigación científica contemporánea, que tiene por objeto reducirla y perseguirla. La confusión cartesiana entre la simplicidad formal o sintaxis y la claridad o inteligibilidad semántica, ha suscitado una suerte de empobrecimiento de la inteligencia humana”
Dentro de las características del pensamiento complejo se resaltan algunas características: Primero: el estatuto semántico y epistemológico del término no se han concretado aún. Segundo: es necesario distinguir entre complejidad y complicación. Tercero: es más potente un pensamiento que reconoce la vaguedad y la imprecisión que un pensamiento que la excluye irreflexivamente. Cuarto: un pensamiento complejo nunca es un pensamiento completo. Quinto: existen dos tipos de ignorancia: la del que no sabe y quiere aprender y la ignorancia de quien cree que el conocimiento es un proceso lineal, acumulativo, que avanza haciendo luz allí donde antes había oscuridad. Parte de falsas claridades. Es la más peligrosa. Sexto: el pensamiento complejo no desprecia lo simple, critica la simplificación.
Capítulo III: Los desafíos de la era planetaria
Desde el descubrimiento de América por Colón, hecho que pudo haber sucedido antes, la humanidad inició un proceso de mundialización, de interconexión entre todos los pueblos que día a día se acentúa y se instala con mayor comodidad gracias el desarrollo de la TICs. Es un proceso sin posibilidad de regresión que marca una nueva era dentro de la humanidad: la era planetaria.
Los esfuerzos de globalización ha tenido varios intentos, desde la concepción de ideologías, modelos de gobierno y Estado, y desde las pretensiones ecuménicas de las distintas religiones. Sin embargo, las concepciones políticas y de gobierno, pregonadas en un inicio como salvadoras de la humanidad, han derivado hacia los totalitarismo de estado, que lo que han hecho es esclavizar mayormente al ser humano, bajo regímenes despóticos y centralizados.
La integración económica bajo la bandera de la neoliberalismo, igual, ha desamparado a los países desarrollados y al hombre actual en medio de un marco social deshumanizado que busca afanosamente el lucro y el enriquecimiento, acentuando la individualidad y el aislamiento del ser humano. La falta de solidaridad, la mezquindad y la búsqueda del interés económico por encima de cualquier otro objetivo ha llevado a desajustes en los ambiental y al empobrecimiento de grandes sectores de la población.
Empobrecimiento de uno y otro lado. De una parte las naciones en vías de desarrollo no logra equipararse y competir en los grandes mercados y su consumo de bienes y servicios se ven reducidos e insatisfechos para la mayoría de su población. Empobrecimiento también de los países ricos en lo espiritual y solidario con el género humano que se oculta con la evasión que proporciona un desbordado consumo suntuario y de psicotrópicos, sociedades enfermas en la obesidad, en el afán y la falta de bienestar por la persecución febril del dinero.
Dentro de estos procesos de globalización surgen movimientos de resistencia que anteponen una visión alternativa al proceso de deshumanización y deterioro medio ambiental. Grupos ambientalistas de resistencia, brigadas internacionales de ayuda humanitaria en salud y alimentaria dejan sentir su presencia y tratar de crear conciencia en la sociedad global.
La educación, en este marco, debe recuperar su esencia política, para inculcar en el ser humano valores de solidaridad y reconocimiento de su vinculo con la tierra. Para generar un individuo autónomo y con criterio que resista una avalancha incontenible de consumo y desprecio de lo humano.

METODOLOGIA
Revisión bibliográfica, experiencias de observación directos, estudio de casos y experimentación controlada.

CONCLUSIONES
· El método debe ser una noción revaluada. No es un fin sino un medio, un camino para llegar a algo. Es más una estrategia que un curso determinado que nos llevaría previamente a un punto determinado.
· La realidad actual el compleja y azarosa. La seguridades y verdades absolutas son una ilusión y un engaño que fomenta el dogmatismo y la incapacidad para reconocer nuevas realidades.
· La educación debe formar al individuo para la nueva realidad que se configura con la integración de naciones, la globalización de la economía y la mezcla de culturas y saberes, sin descuido del reconocimiento de lo local.


AUTOR DEL RESUMEN ANALITICO
SALAZAR PEREZ, Otto Gerardo
Docente Facultad de Ciencias Humanas
Universidad de los Llanos.

lunes, 11 de junio de 2007

ECOSISTEMAS DE COMUNICACIÓN, ANALISTAS SIMBÓLICOS Y ESFERA PÚBLICA EDUCATIVA (Rae)

A) Bibliografía
MONSVAÍS, C. (2001), Aires de familia, cultura y sociedad en América Latina, Barcelona, Anagrama.
MORENO, M.(2001), El aprendizaje como la tríada más poderosa para el siglo 21. Tecnología, información y comunicación, en: Signo y pensamiento, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, No. 30.
_________ (1998), Las múltiples inteligencias. Una propuesta que revoluciona la educación, III Encuentro de Investigación, Educación y Desarrollo Pedagógico en el Distrito Capital. Un balance internacional, Bogotá, IDEP.
ORTIZ DE MASCHWITZ, E, (2000) Inteligencias múltiples en la educación de la persona, Bogotá, Cooperativa Editorial Magisterio.
ORTIZ, Renato, (2002), Globalización y esfera pública. Entre lo nacional y lo transnacional, en: Signo y pensamiento, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, No. 41.
PARRA Sandoval, R. (1996), Escuela y modernidad en Colombia, Bogotá, Tercer Mundo.
PISCITELLI, A. (1998), Post-televisión. Ecología de los medios en la era de Internet, Buenos Aires, Paidós.
_________ (1996), Ciberculturas, Buenos Aires, Paidós.
RESTREPO, B. (2001), Estudios culturales y educación. Su relevancia en la formación de conciudadanía, en: Equidistancia, Bogotá, Revista del Centro Universidad Abierta Pontificia Universidad Javeriana, año II, No. 2, pp. 133-154.
RINCÓN, O. y ESTRELLA, M. (1996), Televisión, pantalla e identidad. Proyecto latinoamericano de medios de comunicación, Quito, Fundación Friedrich Ebert Stiftung.
RODRÍGUEZ, J. G. et al, (2001), El campo de la educación en la Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogotá-. Estado del arte, 1995-2000 y perspectivas 2001-2003, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Programa RED.
WEBER, K, (2002), Language and experience, Roskilde, Roskilde, Universitet.

B) Descripción
La ponencia Ecosistemas de comunicación, analistas simbólicos y esfera pública educativa, plantea que la educación es la que permite comprender la llamada sociedad de la información en la era de la globalización respecto a las relaciones tensionantes de la educación-comunicación. A esa comprensión contribuye el ecosistema de la comunicación al aclarar la relación de doble faz que reside en la globalización, al basarse en los discursos que elabora, y a la vez, valerse de las prácticas pedagógicas que demanda. Sin embargo, en la proyección generacional se entendería el problema por sus categorías de naturaleza sociológica, producto de la hibridación.
Hay una brecha entre los textos del discurso globalizado y la forma como lo perciben los estudiantes universitarios del siglo XXI en las prácticas pedagógicas. La globalización tiene sus bondades pero también lleva a una baja capacidad argumentativa. Mientras las prácticas pedagógicas no transformen estas relaciones el sistema permanecerá igual, puesto que el aula es el espacio que permite aprender a vencer la dificultad para construir puntos de vista propios y argumentar un hecho. Entre los retos a asumir están: plantear y generar un diálogo intergeneracional, incrementar el discurso crítico y superar la subvaloración de los procesos reflexivos entendidos como determinantes del ecosistema de comunicación. Es necesario acercarnos a una epistemología local, en una lógica no de globalización sino de glocalización –lo global más lo local-.

C) Fuentes
Ver bibliografía.

D) Contenidos
Dentro de la complejidad del abordaje del estudio de la globalización, la educación permite comprender las implicaciones sociales, económicas y culturales; que por ser tema de manejo público es de interés de directivos educativos, investigadores y profesionales de la llamada sociedad de la información -analistas simbólicos- quienes pueden contribuir a descifrar las relaciones tensionantes de la educación-comunicación. Hay problemas a sortear: 1. El sistema educativo no logra transformase tan rápido como los procesos sociales mismos y 2. El mito de una educación ideal.
La idealización de la educación: un mito que se actualiza permanentemente
Los expertos consideran que no existe un verdadero ideal de lo educativo, pero si existen propósitos y propuestas basadas en sistemas sociales y sistemas culturales, donde lo educativo debe responder, al menos, a criterios básicos de verdad -¿qué es la verdad?-, bondad -¿qué es justo? ¿qué no lo es?-, de belleza -¿qué es bello? ¿qué no lo es?-. Cómo cada sociedad o grupo humano le apuesta a un ideal de educación basado en el contexto simbólico en el que se desarrolla, actualmente la mirada se concentra en la globalización, en la que hay que identificar los retos, carencias, bondades y dificultades.
Atribuir al fenómeno de la globalización una novedad que no aplica
Es imprescindible diferenciar la globalización de lo que se entiende por internacionalización, mundialización y otros procesos distintos. En esa diferenciación ayuda el ecosistema de la comunicación al explicitar la relación educación-comunicación.
El ecosistema de comunicación
El ámbito de lo educativo contribuye a aclarar la relación de doble cara que reside en la globalización: por un lado, se basa en los discursos que elabora, y a otro, se ampara en las prácticas pedagógicas que reclama. Esto significa que le da la bienvenida a las tecnologías, hace culto a la tecnologización del aula y al acceso abierto a las mismas; pero en las prácticas pedagógicas operan relaciones de poder autoritarias, jerárquicas, verticales (Rodríguez, et al; Moreno, 2001). Por consiguiente, dice la autora, cabe preguntarse sobre el sujeto que produce la información, lo que lleva a los analistas simbólicos en el sistema educativo globalizado a aprender a usar las fuentes, manejar unos criterios de selección de las mismas, trabajar con internet, entre otras herramientas. Dentro de las prácticas pedagógicas, aún imperantes, se sigue pensando que únicamente los sujetos que producen información son los académicos notables, los teóricos o expertos que publican en las revistas indexadas -lo que no significa que no se conciba el proceso educativo sin la referencia académica, sin la ciencia publicada, incluso, sin la industria de la información científica-, subvalorando que las tecnologías de la información, TIC´s, han movido escenarios y creado nuevas formas de relación, como el alumno-navegante, quien es portador y productor de información. Para entender el problema hay que recurrir a las categorías generacionales, las cuales son de naturaleza sociológica, es decir, verse en las personas, discursos, historias comunes, símbolos, creencias, etc. En la perspectiva generacional hay contrastes producto de la hibridación (Monsiváis, 2001; Martín-Barbero, 2002; Renato Ortiz, 2002), y es en esa cultura de mestizajes, de bricolaje que se encuentran las pistas de sus desentrañamientos.
El mito del sujeto activo
En estudios recientes se ha constatado que al querer los docentes romper la estructura clásica de la práctica pedagógica, los propios estudiantes son los que demandan el ritual, la recepción pasiva, la producción memorística que pide un docente que haga siempre lo mismo, predecible, centrado en la tradición escrita; sin embargo, desde los 90´s los estudiantes son generaciones globalizadas, ¿no es contradictorio?.
La producción de conocimiento
Hay una brecha entre lo que se dice en el discurso globalizado y la forma como lo viven y lo perciben los estudiantes universitarios del siglo XXI en las prácticas pedagógicas. Ahora se afirma que todos los escenarios son de aprendizaje, que el profesor sólo canaliza, orienta y promueve; que hay una gran preocupación por la interactividad de los dispositivos de aprendizaje, pero para muchos el aula es un espacio mecánico de certezas, de rutinas, de ritos siempre iguales. La globalización tiene sus bondades pero también aumenta la baja capacidad argumentativa. El discurso de la globalización dice que las fuentes de conocimiento están descentradas, que son de fácil acceso desde cualquier lugar hacia cualquier espacio, pero los estudiantes recurren al menor esfuerzo de búsqueda sencilla al acceder a internet, para copiar y pegar información. Mientras las prácticas pedagógicas no transformen estas relaciones el sistema permanecerá igual, entendiendo que las transformaciones no se dan desde afuera –BM, FMI, BID, MEN, Colciencias-, sino desde adentro –aula, relaciones maestro-alumno, uso de fuentes, etc-. Para ser analistas simbólicos hay que vencer la dificultad para construir puntos de vista propios, para plantear un problema, para delimitar un asunto, para contraargumentar un hecho.
Algunos retos
En Colombia es necesario asumir los siguientes retos: Primero: plantear y generar un diálogo intergeneracional que recoja el capital cultural de adultos, jóvenes, niños y niñas. Segundo: incrementar el discurso crítico que contrarreste las bajas competencias argumentativas. Tercero: superar la subvaloración de los procesos reflexivos entendidos como determinantes del ecosistema de comunicación. En resumen, es necesario acercarnos a una epistemología local, en una lógica no de globalización sino de glocalización –lo global más lo local-. Así es posible comprendernos a nosotros mismos como sujetos históricos; emerge con fuerza la cultura local, el capítal simbólico de la colombianidad; se posiciona en nuestra propia agenda social la preocupación por la calidad de la educación básica, media y universitaria; y nos acercamos al mundo globalizado como analistas simbólicos y no como simples consumidores y reproductores de información, de simple entrecomillados en los textos, de seleccione, copie y pegue.

E) Conclusiones
En las implicaciones sociales, económicas y culturales del país en estos tiempos de globalización, hay problemas a sortear como el que ocurre en el sistema educativo que no logra transformase a la misma velocidad como lo hacen los procesos sociales, y al prevalecer, aún, el mito de una educación ideal. Afirman los expertos que no existe un verdadero ideal de lo educativo, pero si existen propósitos y propuestas basadas en sistemas sociales y sistemas culturales, donde lo educativo debe responder, al menos, a criterios básicos de verdad, de bondad y de belleza. Actualmente la mirada se concentra en la globalización, en la que hay que identificar los retos, carencias, bondades y dificultades. Para entender la complejidad de la posición de doble cara de la globalización es recomendable recurrir a las categorías generacionales que vislumbran esa cultura de mestizajes o hibridación.
Hay una brecha entre lo que se dice en el discurso globalizado y la forma como lo viven y lo perciben los estudiantes universitarios del siglo XXI en las prácticas pedagógicas. La globalización tiene sus bondades pero también aumenta la baja capacidad argumentativa. Mientras las prácticas pedagógicas no transformen estas relaciones el sistema permanecerá igual, entendiendo que las transformaciones no se dan desde afuera sino desde adentro. Para ser analistas simbólicos hay que vencer la dificultad para construir puntos de vista propios, para plantear un problema, para delimitar un asunto, para contraargumentar un hecho.
En Colombia es necesario asumir los siguientes retos: Primero: plantear y generar un diálogo intergeneracional. Segundo: incrementar el discurso crítico que contrarreste las bajas competencias argumentativas. Tercero: superar la subvaloración de los procesos reflexivos entendidos como determinantes del ecosistema de comunicación. Es necesario acercarnos a una epistemología local, en una lógica no de globalización sino de glocalización –lo global más lo local-. De esa manera nos comprendernos a nosotros mismos como sujetos históricos; emerge con fuerza la cultura local, el capítal simbólico de la colombianidad; en nuestra propia agenda social se posiciona la preocupación por la calidad de la educación básica, media y universitaria; y nos acercamos al mundo globalizado como analistas simbólicos y no como simples consumidores y reproductores de información.

F) Autor del RAE
GUSTAVO BENAVIDES LADINO. Docente Facultad de Ciencias Humanas. Grupo de Estudio Da Vinci.

Fecha: Villavicencio, octubre 22 de 2006

Otra Mirada a la Crisis

*Gustavo Benavides Ladino

Las crisis de la sociedad y el malestar de la cultura son sitios problémicos de estudio recurrente por los académicos, entronizando que son las interrelaciones y negociaciones político sociales no resueltas producto de las transformaciones originadas por la globalización en los ámbitos de la educación, la comunicación y la cultura, las que boyan en el resquebrajamiento del Estado nacional moderno y el impacto del mercado en lo público, el control político y la autoridad, ente otros. Tratar de llegar a su desentrañamiento desde las disciplinas de las humanidades y las ciencias sociales ha propiciado discursos múltiples en la que conviven nuevas y tradicionales “formas de saber, de poder, de exclusión, de marginalidad, de cultura, de experiencias, de acciones y representaciones”,, atravesados por ambivalencias y lecturas difusas, propias de las hibridaciones disciplinares.
En esa vía acercarse al estudio de las crisis –no la crisis en singular- de la sociedad hace el llamado de incursionar desde otros ángulos distintos a los discursos tradicionales economicistas y políticos para contemplar la mirada criticista de los intereses, derechos y libertades ciudadanas –ver la existencia múltiple de ciudadanías-, el humanismo, las luchas por la consecución de la verdad en los conflictos socio políticos, la exclusión y desigualdad, la universalidad del derecho, entre disímiles escenarios problémicos. Según Max Manfred han surgido limitaciones en la búsqueda de un desarrollo de las sociedades latinoamericanas dado por los presupuestos que impusieron las soluciones desarrollistas y el monetarismo que paralizaron otras alternativas. “Son muchas las versiones, descripciones e interpretaciones que se han hecho de la crisis, por lo que el diagnóstico de la enfermedad parece estar completo, por lo menos en sus contenidos más profundos y trascendentes”, afirma Manfred. ¿Es una enfermedad, un malestar? En tanto que enfermedad requiere un tratamiento, dice el científico social; y se pregunta: ¿cómo salir del embrollo?, porque la complejidad de las crisis ocasiona perplejidad, estatismo, manteniendo en una especie de callejón sin salida, bloqueando propuestas imaginativas, novedosas, audaces, con riesgo.
No es fácil dejar de lado paradigmas tradicionales cimentados en diseños estratégicos, en nociones teóricas fundamentados en creencias, pasiones. Estas constantes llevaron, entre otras, en forma perversa a un entendimiento del objeto de conocimiento aprovechando los postulados de perfección, armonía y orden aportado por la creación, por la divinidad. Una discusión que es posible abordar en otra instancia, es la que cuestiona lo doctrinal como la forma que hace entender, no comprender, la realidad y la verdad por fuera del observador en un determinismo eterno. Es decir, como la verdad dada, revelada, en una mente superior distinta del hombre. Obviamente, desde el nacimiento de la ciencia la discusión parece eterna. La complejidad del estudio de estos planteamientos lleva igualmente al uso, a la aplicabilidad, orientación, dirección, de la erudición en una cotidianidad y pensamiento del individuo y la sociedad. Las vertientes de aplicación son disímiles de acuerdo a las comunidades que la promulgan y la consienten, en donde pululan los extravíos.
La capacidad de proponer salidas coherentes con la realidad y las oportunidades se ha vulnerado, llevando a lo que algunos investigadores llaman la crisis de la utopía, cuya manifestación mas sobresaliente es la pérdida de la capacidad de soñar. “Puede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principalmente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos proponemos; que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros deseos, como en la forma misma de desear”, sentenció Estanislao Zuleta. En la misma ponencia el filósofo colombiano afirma que “la pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiestan de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad”, lo que nos acerca a lo que Manfred cataloga como un agotador insomnio que no permite la lucidez imprescindible para enfrentar con vigor e imaginación los problemas; por el contrario, hemos sabido ser administradores de unas crisis que no sabemos resolver por nuestros propios medios; de ahí los rostros de esta somnolencia: “el derrotismo, la desmovilización, la abulia, el individualismo exacerbado, el miedo, la angustia y el cinismo”.
Puesto que la situación no es coyuntural, Manfred plantea abrir nuevas líneas de acción como el desarrollo a escala humana, el cual se concentra en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales generando niveles progresivos de autodependencia en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, como de los procesos globales con las realidades locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la sociedad civil con el Estado. En esto coincide Renato Ortiz quien propone crear nuevas maneras de ver, nuevos conceptos y categorías de análisis que den cuenta de los cambios multidimensionales de los social, político, cultural, demográfico, de fe y creencia –muy distinto a la religión-, de la contemporaneidad, lo que implica estudiar y reconocer el legado histórico de las ciencias sociales.
Lo anterior conduce a un replanteamiento en la concepción, métodos y metodologías de hacer investigación las ciencias sociales, y particularmente, de los estudios que involucran los procesos comunicativos, la cultura y la globalización. Un elemento que atraviesa el estudio es la tolerante autenticidad que contempla la concepción de la denominada otredad, la tensión entre el otro y el yo, entre el otro y la individualidad, la civilidad y el Estado. Pero ¿estos conceptos se han movilizado en otros sentidos y resignificaciones? Observamos que sí; y debemos disponernos a asumir el estudio constante de los cambios multidimensionales que propician ópticas distintas como la que propone Orhan Pamuk, reciente novel de literatura, quien afirma que “debemos entender que “el otro” no existe; “el otro” somos nosotros mismos”.

Internet y La Mente Colectiva

“En general, la gente se pregunta si será posible
fabricar máquinas cuya naturaleza no sea biológica
y que sean capaces de sustentar la conciencia (…)
¿Podrán los computadores llegar a pensar algún día?
La respuesta es afirmativa; creemos que pueden y que lo harán”

Rodolfo Llinás. “El Cerebro y el Mito del Yo”. Pg. 305
Por: Otto Gerardo Salazar Pérez
Licenciado en Filología e Idiomas
Universidad Nacional de Colombia.
Coordinador Grupo de Estudio Da Vinci.
PRESENTACION
“¿La Mente Colectiva?” es el capítulo decimosegundo y el último del libro de Rodolfo Llinás, “El Cerebro y el Mito del Yo”, y fue propuesto como texto al grupo de estudio Da Vinci, en virtud de que, en él mismo, se resumían los conceptos más importantes del resto del libro. También porque, de alguna manera, en él se concentran las ideas más trascendentales que expone el neurocientífico colombiano con respecto a nociones que se trabajan en el grupo, como son: el lenguaje, los medios masivos de comunicación, los efectos del uso de las nuevas tecnologías, y todo lo que genera lo anterior en una noción tan fundamental como la cultura, que fue el eje temático definido por el grupo para el presente semestre.
Ideas que en general, son trascendentales para ser recepcionadas por la educación, originadas desde un campo de estudio científico, la Neurociencia, que bajo el liderazgo de Llinás, ha logrado avances significativos en el estudio del cerebro humano, pero que en virtud de su complejidad y especialización, son difíciles de apropiar.
Sin embargo, las conclusiones que se pueden sacar de las afirmaciones de Llinás, respecto a la comunicación, la Internet y la cultura revisten un carácter ineludible en la medida que sugiere y pronostica mundos posibles -nada lejanos-, como la posibilidad de generar máquinas que piensen, o el florecimiento de un mundo hedonista y complaciente que se hunda en la virtualidad y corte todos los lazos con la realidad. Algo semejante al mundo de las drogas, con efectos de adicción aún más potentes e impredecibles.
PALABRAS CLAVE:
Patrones de Acción Fijo (PAF), Abstracción, Cualia (cualquier experiencia subjetiva generada por el sistema nervioso), cognición.
Virtualidad y Consciencia en los animales
Antes de entrar en materia es preciso reconocer la condición de virtualidad a través de la cual nos relacionamos con el entorno. Según Llinas, lo que percibimos a través de nuestros sentidos no es la realidad misma, sino producto de una interpretación en tiempo real de esa realidad, gracias a la sofisticación de nuestro sistema nervioso. Baste recordar que si percibiéramos la realidad tal con se supone que es, visualizaríamos gamas de color que se nos escapan, o lograríamos oír sonidos de baja intensidad que otros animales escuchan y nosotros no. Así que para empezar, nuestra percepción es limitada y lo procesado es una virtualidad, y no la realidad misma.
Esa misma percepción no solo opera hacia fuera sino al interior de nosotros mismos, -abstracciones-, y como una especie de conciencia de sí mismo, no es exclusivamente humana. Sin embargo, hay una condición redundante para percibir con acierto el mundo exterior y nuestra realidad interior, o la noción de sí mismo, y es la simultaneidad de los mensajes que se reciben de esa realidad por diferentes vías de los sentidos.
Afirma Llinás: “Si la coordinación de la actividad no fuera simultánea, resultaría imposible integrar los diversos sistemas sensoriales en una unidad perceptual, y sin esto el “sí mismo” se fragmentaría”.
Tener una idea de nosotros mismos –abstracción- se construye de lo que vemos, oímos, sentimos a través de nuestra piel, saboreamos y olemos. Es un todo y estaríamos muy limitados si la información que recibiéramos de la realidad, nos llegara por un solo canal. Es decir, somos un sistema redundante y ello es necesario para garantizar un buen flujo de información. Igual, un animal atrapado en un hueco, se hace rápidamente una idea de su circunstancia, se ve así mismo en situación, valora opciones y determina un curso de acción con acierto o desacierto.
Lo que nos lleva a otra noción fundamental, como subproducto de la unificación perceptual: la cognición. Tener capacidad de aprender, depende en buena parte de recibir información por varias vías, como aprender a tocar una guitarra, que requiere tacto y oído.
Sin embargo, entre estas dos experiencias, la humana y la animal, hay una gran diferencia: las limitaciones del lenguaje para transmitir esas experiencias. El lenguaje de los animales es sumamente rudimentario y de alguna forma los deja presos en sí mismos: igual, se podrán valer de algunos sonidos y de prosodia corporal -el lenguaje de los gestos y los movimientos-, pero nunca alcanzarán a comunicar sus abstracciones.
Al menos, no en la medida que lo logran los seres humanos: es decir, con alto grado de detalle, claridad y velocidad. Igual, se logra otro efecto increíble, ampliar el rango de los sentidos, lo que quiere decir, que un ser puede experimentar de forma vicaria, lo que otro ser humano siente. Por ejemplo, lo que narra un viajero: lo que vió, lo que palpó, el clima que vivió, etc., puede ser una experiencia sustituta para otra persona a través del lenguaje.
Igual, a través de diferentes técnicas, ese mismo lenguaje encapsulado, podía vencer obstáculos como la distancia y el tiempo: como las señales de humo o emisión controlada de señales de luz, o mensaje de voz a voz, etc., no obstante, con riesgo de distorsión por ruido o demasiados eslabones del circuito de comunicación. Por lo que Llinás reitera: “para que una señal (mensaje) tenga un impacto apropiado, casi siempre debe llegar a muchos destinos y no sólo a uno”.
Somos sociedades mal comunicadas
En lo social, estas dos nociones, la de comunicación e información, suelen confundirse, tal vez intencionalmente. Parece que estar informados es suficiente, pero en principio, no lo fue para organismos que aspiraron a un grado mayor de evolución. Hubo un salto fundamental entre pasar de ser organismos unicelulares (individuales) a ser organismos compuestos y multicelulares, y en este paso, fue crucial un flujo de información para lograr comunicación, coordinación y consenso, que en las sociedades menos desarrolladas se quiere obviar.
Sin duda, estar comunicados, es más crucial que estar informados porque la primera involucra la segunda y brinda la oportunidad de interactuar. El simple hecho de comunicar que una información me ha llegado o esta en mi poder, es decisiva y vital, como el hecho de haber recibido una droga, la cual prescribe que no se me puede dar más que una cierta cantidad; o el darme por advertido de una amenaza.
Lo cual quiere decir, que pese a la tecnología que se incorpore, tal como la de la radio, la televisión y la prensa escrita, no siempre garantiza que seamos sociedades mejor comunicadas. Ni siguiera el teléfono, que parecía poder rescatarse, y posibilitar la efectiva comunicación se salva, según la tesis de Llinas. Una buena comunicación “casi siempre debe llegar a muchos destinos y no sólo a uno”. Y en ese sentido, más de tres personas colgadas a una misma llamada genera tal distorsión y ruido que la comunicación parece imposible. Quizás sería justo llamarlo tecnología “bicomunicacional”.
En este marco, estrecho aunque no lo pareciera en un comienzo, es que Llinas celebra la llegada de la Red como “el mayor avance en la comunicación, solo superado por la invención del lenguaje escrito (…). La Red es una estructura análoga al sistema nervioso, puesto que en cierta medida parece funcionar resolviendo el problema de la unificación de la sociedad”.
Es obvio que una sociedad mal comunicada, o comunicada a medias, donde no todos los individuos, o la mayoría, no pueden expresarse es una sociedad primigenia y vulnerada. Es posible que por razones políticas y de exclusión se busque esa situación, que a la postre, será insostenible, pues no estimula la diversidad y entroniza el unanimismo. Según Llinas, “la homogenización del pensamiento, a su vez, homogenizará la sociedad, perspectiva bastante sombría (…). La gran desventaja de la homogeneidad es que disminuye la variación, la cual es la clave de la supervivencia”.
De acuerdo con Llinás, el concepto de conciencia colectiva no es nuevo y el resultado de unas elecciones –si son limpias y sin las distorsiones criollas de compra de votos- se toman como un mandato del pueblo.
Europa, ha vivido en carne propia el unanimismo y homogenización, como los desastres más grandes que ha padecido en lo político o en la decisión de seleccionar y sembrar una sola papa. El fascismo, entendido como el monopolio de un partido que negó otros puntos de vista, y una especie de tubérculo que en el siglo XVIII no resistió una plaga –no había variabilidad genética – y causó una hambruna que mató millones de personas e hizo emigrar otras tantas a América.


Las Culturas en peligro
Me refiero a las “culturas” en el sentido postmoderno de que hoy en día no se puede hablar de una sola gran cultura, como fue un referente básico en occidente en la modernidad, relacionada con la lecto escritura y el conocimiento y apropiación de lo que calificaba como clásico. Así, la cultura, poco a poco fue cediendo al reconocimiento de “otras culturas”, no necesariamente letradas ni aprobadas por el estatuto, sino que, como signo de los tiempos, en virtud a la globalización se hicieron evidentes en la diversidad de culturas, en un comienzo.
Refiere Llinás que en sus viajes disfrutaba la riqueza de las diferencias culturales, de creencias y de perspectivas. “Hoy día no es así; por ejemplo, los niños de Asia, Europa o África desean los mismos productos de consumo (…) Esta tendencia hacia la igualdad se observa por doquier, en la medida en que todo se copia, lo bueno y lo banal –y, en general, es más fácil copiar lo banal que lo profundo”.
¿Qué fue lo que paso? ¿Y es deseable un mundo homogenizado en los patrones culturales, en los gustos y creencias? ¿O pueden ser una amenaza incluso a la identidad que cada cultura ha generado en nosotros con minucioso detalle a través de varias generaciones? ¿Nos colocarán a correr, como nuevos indígenas, detrás de un modelo que inicialmente no fue el nuestro, para resultar en una copia barata o un mal remedo de un paradigma universal que genere igualdad y regularidad?
Igual, esa cultura global, tiene aristas poco deseables, como un cierto desprecio al saber en pos de un entronizamiento de lo banal.
Sabemos que los medios de comunicación y la publicidad que los sustenta, tiene mucho que ver en ello, pero para Llinás, el advenimiento de la Red y un potencial perfeccionamiento de ésta en el futuro redobla el peligro: “A medida que la Red se haga más eficiente, estas maquinaciones influirán profundamente la autopercepción y se redefinirá el concepto mismo de “si mismo”. Esto en menoscabo de la capacidad de discernir, de la identidad individual y del dominio de nuestras ideas”.
¿Y entonces, según todo lo anterior, qué papel debe jugar la educación? ¿Es posible resistir la influencia masiva de los medios de información? ¿Es necesario establecer alianzas con ellos para que no se expresen de forma exclusiva el interés comercial de las multinacionales y los paradigmas culturales dominantes? ¿Serán necesarias acciones para reforzar lo local como alternativa de resistencia de lo global?
Por fortuna hay tiempo, que debe ser reforzada con acción: Para Llinás, “de momento, la arquitectura de la Red necesita una revisión general muy seria para aproximarse siquiera remotamente, al evento colectivo discutido”, es decir, la existencia de una mente colectiva. Lo que esta claro es que el “sistema será pues, más deleznable, simplemente por la reducción de opciones, si todos piensan lo mismo acerca de algo o de algún conjunto de valores”.



Hedonismo o el placer controlado
Parece que será necesario un poco de estoicismo, de autocontrol y templanza frente a la sobreoferta de placer que se avecina con Internet. Volvamos al comienzo y recordemos que percibimos a través de una virtualidad, y eso marca en nosotros una cierta tendencia. Las drogas, en el largo camino de la humanidad siempre han estado ahí y las consumimos con regularidad.
“Si los problemas sociales de las drogas que alteran la mente son graves –afirma Llinás-, imaginemos lo que sucedería si, comunicándonos virtualmente con otras personas reales o imaginarias, no sólo mediante el sistema visual sino mediante todos los sistemas sensoriales, nuestros sueños se volvieran realidad”.
En el Japón la adicción a los videojuegos y el Internet, ha generado adolescentes que caen en situación de indigencia: no aseo, cero comunicación con la familia, ausentismo escolar, embotamiento, etc. En Bogotá, recientemente la Alcaldía, debió expedir un decreto para controlar el uso de los “game over” por parte de los menores: la medida busca clasificar el contenido y regularizar el tiempo de uso y las edades”.
Puntualiza Llinás: “lo que debemos temer es la posibilidad de que, con mejores formas de comunicación con los demás, la interacción con el mundo externo deje de parecernos atractiva”.
Arquitectura para nuevos cerebros
¿Es la mente una propiedad que solo puede darse en el dominio de lo biológico, de los seres de carne y hueso? Igual sucedió con el vuelo, que se creyó exclusivo de las aves, seres biológicos, de carne, huesos y plumas; sin embargo, ahora, no es privilegio exclusivo de ellas. Dedujimos la física del vuelo, encontramos los materiales apropiados y armamos estructuras adecuadas.
Frente a esto Llinás trae dos dudas desafiantes e interesantes: Primero, ¿es la mente una propiedad únicamente biológica o es en realidad una propiedad física, que en teoría podría ser soportada por una arquitectura no biológica? De acuerdo con el autor: “el conocimiento científico acumulado en los últimos cien años sugiere que la biología, con todo y su sorprendente complejidad, no difiere de los sistemas sujetos a las leyes de la física”. Segundo: ¿qué características físicas tendría y como se vería el sistema, antes de poder realizar las mismas tareas que el cerebro?
Para resumir: tendría que ser un sistema analógico y no binario, como el de los computadores actuales. Aun no sabemos mucho sobre el funcionamiento de un sistema analógico de tipo biológico como el cerebro, que ahorra espacio y a pesar de sus riesgos de error, pueden ser más fiables. Esto determinará la arquitectura apropiada para construirlos y los materiales necesarios. Finalmente, la “arquitectura capaz de generar cognición debe relacionarse con la motricidad sobre la cual tal cognición se desarrolló”. Es decir, estarán contenidos en algo que pueda moverse y manipular, serán robots.