martes, 28 de noviembre de 2017

¿QUÉ HACER CON LAS TABLETAS Y LOS CELULARES EN EL AULA DE CLASE?

Por: Otto Gerardo Salzar
1 Licenciado en Filología e Idiomas. Mg. Educación.
Grupo de Investigación: Educación, sociedad y región, Da Vinci. Escuela de Humanidades. Facultad de Ciencias Humanas y de Educación. Universidad de los Llanos, Villavicencio, Colombia.
E-mail: ottogerardo@gmail.com


(Fragmento)

Introducción
Un primer abordaje teórico para asumir las “nuevas formas de leer” y la “estructuración del conocimiento” en el sujeto es la que brinda  Daniel Kahneman  en su texto: “Thinking, Fast and Slow”; Daniel Kahnemas es un psicólogo que escribe sobre la cognición,  elecciones, heurísticas y sesgos.  Es profesor de la Universidad de Princeton y en el 2002 fue  el primer no economista en obtener el premio Nobel de Economía por integrar descubrimientos de la psicología en las ciencias económicas. En sectores del mundo económico y financiero no caen muy bien sus teorías acerca de la imposibilidad predictiva de todas las previsiones de expertos analistas por vislumbrar un futuro a mediano plazo. Igual, desnuda la irracionalidad basada en  heurísticas y sesgos de  las decisiones personales en el mundo institucional público y corporativo.
            
La interdisciplinariedad puesta en juego en el tema de la psicología y la economía, haciendo un parangón, puede ser fructífera en este caso con relación a la lectura y la consolidación del conocimiento en el sujeto, las dos categorías fundamentales que procura relacionar este proyecto. Me interesa algunos abordajes, tangenciales, que hace del tema del lenguaje y la lectura, en algunos apartes de su libro: “Thinking, Fast and Slow”, traducido por Joaquín Chamorro Mielke como: “Pensar rápido, pensar despacio”. Antes de ello, me parece necesario resumir la teoría central de su libro y es esta: básicamente, que en el cerebro humano, el pensamiento, funciona a partir de dos sistemas: “Sistema 1” y “Sistema 2”, que asumen tareas diferentes a la hora de procesar información.
            
El “Sistema 1” funciona con rapidez y es prácticamente automático, como en la percepción e interpretación de imágenes. Hacemos juicios rápidos y asociamos rápidamente con información previa. Es de carácter intuitivo y se vincula a acciones de facilidad cognitiva. Es primordialmente visual.  El “Sistema 2”, examina con más detenimiento pero es un sistema perezoso. Entra en acción cuando la información no puede ser procesada por el Sistema 1 y se requiere más esfuerzo y concentración. En el caso de anomalías, contradicciones u operaciones de dificultad cognitiva, él entra en juego.
            
El resto de la teorización del libro está relacionada con los sesgos y heurísticas, formas vicarias de racionalidad que tienden a justificar irracionalidades en las tomas de decisión, que no es el propósito de este texto.
            
Primero, para Kahneman, el saber disciplinar está estrechamente vinculado al lenguaje específico de la disciplina. En sus palabras: “Aprender medicina consiste en parte en aprender el lenguaje de la medicina”. Es decir que el aprendizaje de la disciplina se vinculada a dos ejes paralelos que discurren durante largos años de formación; el saber específico de las disciplinas, sea arquitectura, derecho, medicina o cualquier saber disciplinar. Y por otra, el conocimiento del lenguaje específico que la nombra, el vocabulario enriquecido y especializado que solo los doctos o cultivados en una disciplina dominan y permiten la cognición y manipulación de su objeto de conocimiento, sea este el diseño del espacio habitacional, la leyes y teorías del derecho o el cuerpo humano, su estado de salud y sus enfermedades. Es el lenguaje que disuena para el neófito cuando oye hablar al especialista sobre su dolencia o caso. O la posibilidad de pensar, tener múltiples entradas al objeto y crear sobre el objeto de conocimiento del especialista.
            
Es una perspectiva de la lectura muy desarrollada en los Estados Unidos, denominada “Reading across the curriculum”, y “lectura y escritura para construir comunidades de conocimiento”. Investigadores como Alice S. Horning, Universidad de Oakland, Gordon Wells y Mari Haneda, del Instituto para Estudios sobre Educación de Ontario la han expuesto ampliamente.
            
En Argentina, esta misma perspectiva la representa Paula Carlino, bajo el rótulo de “alfabetización académica”. En  Chile, Juana Marinkovich Ravena  y Pilar Morán Ramírez  y en España, en su última producción, Daniel Casany, básicamente relacionada a la lectura de textos científicos.
            
Sin embargo, de la lectura de Kahneman, que hace unos aportes más desde la cognición se pueden inferir interesantes cosas. El primero de ellos, es que de manera obvia, los dos sistemas descritos por el autor, “Sistema 1” y “Sistema 2”, representan bastante bien las dos formas de leer que están puestas en juego en las nuevas formas de leer determinadas por el uso de las nuevas tecnologías informacionales. Es decir, las nuevas prácticas de lectura y escritura en dispositivos digitales personales  y  las formas o prácticas de leer tradicionales que todavía se manifiestan en ámbitos escolares centradas en el libro.
            
Repasemos: El sistema 1, dice: “…funciona con rapidez y es prácticamente automático, como en la percepción e interpretación de imágenes. Hacemos juicios rápidos y asociamos rápidamente con información previa. Es de carácter intuitivo y se vincula a acciones de facilidad cognitiva. Su núcleo es la memoria asociativa y construye continuamente una interpretación coherente de lo que sucede en nuestro mundo en cada instante. Es primordialmente visual.” Representa bastante bien las formas de leer en los nuevos dispositivos digitales.
            
El sistema 2,  “…examina con más detenimiento pero es un sistema perezoso. Entra en acción cuando la información no puede ser procesada por el Sistema 1 y se requiere más esfuerzo y concentración. En el caso de anomalías, contradicciones u operaciones de dificultad cognitiva. Es el encargado del autocontrol.” Representa, igualmente, bastante bien a la lectura tradicional centrada en el libro. Forma lógica del conocimiento, escolarizada y exigente en relación al uso del código.
            
Igual, como es evidente, las dos formas de asumir la lectura, determina dos formas de asumir y tratar el conocimiento. A la lectura tradicional, lenta, en profundidad y en extenso que propone la escuela, con muchas dificultades y resistencia para consolidar el conocimiento, la releva en la actualidad, acicateada por la tecnología informacional, una lectura rápida y superficial apoyada de manera importante en los visual y auditivo que proponen las nuevas tecnologías y que significan una nueva forma de asumir y tratar con conocimiento. Impregnado de lo emocional, fundado en el habla más que el código escrito y de carácter superficial.  Encarna un tratamiento del conocimiento anti escolar, no académico y sustentado en la experiencia vivencial del sujeto.

Mientras que uno –Sistema 2- apoya el conocimiento racional, metódico y formal, serio, el otro –Sistema 1- estimula el conocimiento intuitivo, divergente y creativo. Según Kahneman “el buen humor, la intuición, la creatividad, la credulidad y la confianza en Sistema 1 forman un grupo”.
         
Funcionar en el “Sistema 2” requiere de un esfuerzo. Como en el caso de la aritmética mental la lectura viene asociada a una dilatación de las pupilas y a un incremento de las pulsiones cardiacas. Por ello leer, bajo la forma tradicional, implica mayor profundidad en el tratamiento del conocimiento; analizar, deducir, inferir, relacionar ideas, etc., es un esfuerzo por el que siente aversión el sujeto lector. Agota y va en contra de “una ley general del mínimo esfuerzo que rige la actividad tanto cognitiva como física”. Según Kahneman, “la pereza está profundamente arraigada en nuestra naturaleza”. Agrega, “el sistema nervioso consume más glucosa que otras muchas partes del cuerpo, y la actividad mental esforzada parece ser especialmente acaparadora de glucosa”.

         Esta ley del  menos esfuerzo también se manifiesta en la lingüística como una constante universal en el habla: el deseo de mayor expresión con el  menor esfuerzo. Por ello los hablantes acortan los nombres o reducen a uno los compuestos y, las palabras, se funden y contraen con palabras vecinas y procuran siempre decir más con menos.
Kahneman trae a colación un interesante ejemplo al respecto. Sostiene que “las palabras fácilmente pronunciables provocan una actitud favorable. A las compañías con nombres pronunciables les va mejor que a otras la semana después de emitir sus acciones, aunque el efecto desaparece con el tiempo. De los nombres cortos y recordables  depende en parte la popularidad de un sujeto.
           
De otra parte el tiempo necesario para convertirnos en expertos o desarrollar totalmente la habilidad de leer de manera competente, está asociado a un largo y sostenido esfuerzo. Kahneman cita estudios sobre maestros de ajedrez que requieren al menos 10.000 horas de práctica. Lo que equivales a seis años ejercitando durante cinco horas diarias para alcanzar un nivel máximo. Sostiene que:
 “…aprender en el ajedrez hasta alcanzar un alto nivel puede compararse a aprender a leer. El principiante se esfuerza por reconocer las letras y juntarlas en sílabas y palabras, pero el buen lector adulto percibe oraciones enteras. Un lector experto también ha adquirido la capacidad para juntar elementos familiares en una nueva combinación, y al instante puede reconocer y pronunciar correctamente una palabra que nunca antes ha visto”.
Es decir, que así como el ajedrecista experto puede ver y reconocer en instantes jugadas completas y anticipar acciones, el lector desarrolla habilidad y rapidez para comprender el asunto global de un texto, reconocer sus partes, hacer inferencias, anticipaciones y deducir información implícita en el texto.

Por todo lo anterior, y desde el punto de vista de Kahneman, podemos deducir la dificultad diaria que afronta la escuela para enseñar a leer, que básicamente consiste en enfrentar al sujeto a la ejercitación de un “Sistema 2”, perezoso y con aversión al esfuerzo pero que sin embargo, significa la forma de acceder al conocimiento de manera profunda, crítica y analítica según la exigencia de ciertos conocimientos y disciplinas.

Y se puede comprender también, la popularidad de los medios informáticos computacionales contemporáneos que  ofrecen desde la integración de la imagen, el audio, el texto y el video, un potencial acceso al conocimiento desde el “Sistema 1”, automático, asociativo y placentero, pero necesariamente superficial.

Lo que no está claro cómo adaptar, cómo tratar, cómo valorar la emergencia de estas nuevas prácticas de leer en relación al conocimiento necesario para un sujeto que debe formarse no solo para la comunicación y la expresión, sino como sujeto social, político, humanista y crítico en relación al conocimiento, pues en últimas, de ello dependerá, su sobrevivencia y autonomía como individuo y la construcción de lo social en el escenario supuesto de las “sociedades del conocimiento”. 

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