Por: Otto Gerardo Salzar
1 Licenciado en Filología e Idiomas. Mg. Educación.
Grupo de Investigación: Educación, sociedad y región, Da Vinci.
Escuela de Humanidades. Facultad de Ciencias Humanas y de Educación.
Universidad de los Llanos, Villavicencio, Colombia.
E-mail: ottogerardo@gmail.com
(Fragmento)
Introducción
Un primer
abordaje teórico para asumir las “nuevas formas de leer” y la “estructuración
del conocimiento” en el sujeto es la que brinda
Daniel Kahneman en su texto:
“Thinking, Fast and Slow”; Daniel Kahnemas es un psicólogo que escribe sobre la
cognición, elecciones, heurísticas y
sesgos. Es profesor de la Universidad de
Princeton y en el 2002 fue el primer no
economista en obtener el premio Nobel de Economía por integrar descubrimientos
de la psicología en las ciencias económicas. En sectores del mundo económico y
financiero no caen muy bien sus teorías acerca de la imposibilidad predictiva
de todas las previsiones de expertos analistas por vislumbrar un futuro a
mediano plazo. Igual, desnuda la irracionalidad basada en heurísticas y sesgos de las decisiones personales en el mundo
institucional público y corporativo.
La interdisciplinariedad puesta en
juego en el tema de la psicología y la economía, haciendo un parangón, puede
ser fructífera en este caso con relación a la lectura y la consolidación del
conocimiento en el sujeto, las dos categorías fundamentales que procura
relacionar este proyecto. Me interesa algunos abordajes, tangenciales, que hace
del tema del lenguaje y la lectura, en algunos apartes de su libro: “Thinking,
Fast and Slow”, traducido por Joaquín Chamorro Mielke como: “Pensar rápido,
pensar despacio”. Antes de ello, me parece necesario resumir la teoría central
de su libro y es esta: básicamente, que en el cerebro humano, el pensamiento,
funciona a partir de dos sistemas: “Sistema 1” y “Sistema 2”, que asumen tareas
diferentes a la hora de procesar información.
El “Sistema 1” funciona con rapidez
y es prácticamente automático, como en la percepción e interpretación de
imágenes. Hacemos juicios rápidos y asociamos rápidamente con información
previa. Es de carácter intuitivo y se vincula a acciones de facilidad cognitiva.
Es primordialmente visual. El “Sistema
2”, examina con más detenimiento pero es un sistema perezoso. Entra en acción
cuando la información no puede ser procesada por el Sistema 1 y se requiere más
esfuerzo y concentración. En el caso de anomalías, contradicciones u
operaciones de dificultad cognitiva, él entra en juego.
El resto de la teorización del libro
está relacionada con los sesgos y heurísticas, formas vicarias de racionalidad
que tienden a justificar irracionalidades en las tomas de decisión, que no es
el propósito de este texto.
Primero, para Kahneman, el saber
disciplinar está estrechamente vinculado al lenguaje específico de la
disciplina. En sus palabras: “Aprender medicina consiste en parte en aprender
el lenguaje de la medicina”. Es decir que el aprendizaje de la disciplina se
vinculada a dos ejes paralelos que discurren durante largos años de formación;
el saber específico de las disciplinas, sea arquitectura, derecho, medicina o
cualquier saber disciplinar. Y por otra, el conocimiento del lenguaje
específico que la nombra, el vocabulario enriquecido y especializado que solo
los doctos o cultivados en una disciplina dominan y permiten la cognición y
manipulación de su objeto de conocimiento, sea este el diseño del espacio
habitacional, la leyes y teorías del derecho o el cuerpo humano, su estado de
salud y sus enfermedades. Es el lenguaje que disuena para el neófito cuando oye
hablar al especialista sobre su dolencia o caso. O la posibilidad de pensar,
tener múltiples entradas al objeto y crear sobre el objeto de conocimiento del
especialista.
Es una perspectiva de la lectura muy
desarrollada en los Estados Unidos, denominada “Reading across the curriculum”,
y “lectura y escritura para construir comunidades de conocimiento”.
Investigadores como Alice S. Horning, Universidad de Oakland, Gordon Wells y
Mari Haneda, del Instituto para Estudios sobre Educación de Ontario la han
expuesto ampliamente.
En Argentina, esta misma perspectiva
la representa Paula Carlino, bajo el rótulo de “alfabetización académica”.
En Chile, Juana Marinkovich Ravena y Pilar Morán Ramírez y en España, en su última producción, Daniel
Casany, básicamente relacionada a la lectura de textos científicos.
Sin embargo, de la lectura de
Kahneman, que hace unos aportes más desde la cognición se pueden inferir
interesantes cosas. El primero de ellos, es que de manera obvia, los dos
sistemas descritos por el autor, “Sistema 1” y “Sistema 2”, representan
bastante bien las dos formas de leer que están puestas en juego en las nuevas
formas de leer determinadas por el uso de las nuevas tecnologías
informacionales. Es decir, las nuevas prácticas de lectura y escritura en
dispositivos digitales personales y las formas o prácticas de leer tradicionales
que todavía se manifiestan en ámbitos escolares centradas en el libro.
Repasemos: El sistema 1, dice:
“…funciona con rapidez y es prácticamente automático, como en la percepción e
interpretación de imágenes. Hacemos juicios rápidos y asociamos rápidamente con
información previa. Es de carácter intuitivo y se vincula a acciones de
facilidad cognitiva. Su núcleo es la memoria asociativa y construye
continuamente una interpretación coherente de lo que sucede en nuestro mundo en
cada instante. Es primordialmente visual.” Representa bastante bien las formas
de leer en los nuevos dispositivos digitales.
El sistema 2, “…examina con más detenimiento pero es un
sistema perezoso. Entra en acción cuando la información no puede ser procesada
por el Sistema 1 y se requiere más esfuerzo y concentración. En el caso de
anomalías, contradicciones u operaciones de dificultad cognitiva. Es el
encargado del autocontrol.” Representa, igualmente, bastante bien a la lectura
tradicional centrada en el libro. Forma lógica del conocimiento, escolarizada y
exigente en relación al uso del código.
Igual, como es evidente, las dos
formas de asumir la lectura, determina dos formas de asumir y tratar el
conocimiento. A la lectura tradicional, lenta, en profundidad y en extenso que
propone la escuela, con muchas dificultades y resistencia para consolidar el
conocimiento, la releva en la actualidad, acicateada por la tecnología
informacional, una lectura rápida y superficial apoyada de manera importante en
los visual y auditivo que proponen las nuevas tecnologías y que significan una
nueva forma de asumir y tratar con conocimiento. Impregnado de lo emocional,
fundado en el habla más que el código escrito y de carácter superficial. Encarna un tratamiento del conocimiento anti
escolar, no académico y sustentado en la experiencia vivencial del sujeto.
Mientras que
uno –Sistema 2- apoya el conocimiento racional, metódico y formal, serio, el
otro –Sistema 1- estimula el conocimiento intuitivo, divergente y creativo.
Según Kahneman “el buen humor, la intuición, la creatividad, la credulidad y la
confianza en Sistema 1 forman un grupo”.
Funcionar en el “Sistema 2” requiere
de un esfuerzo. Como en el caso de la aritmética mental la lectura viene
asociada a una dilatación de las pupilas y a un incremento de las pulsiones
cardiacas. Por ello leer, bajo la forma tradicional, implica mayor profundidad
en el tratamiento del conocimiento; analizar, deducir, inferir, relacionar
ideas, etc., es un esfuerzo por el que siente aversión el sujeto lector. Agota
y va en contra de “una ley general del mínimo esfuerzo que rige la actividad
tanto cognitiva como física”. Según Kahneman, “la pereza está profundamente
arraigada en nuestra naturaleza”. Agrega, “el sistema nervioso consume más
glucosa que otras muchas partes del cuerpo, y la actividad mental esforzada
parece ser especialmente acaparadora de glucosa”.
Esta ley del menos esfuerzo también se manifiesta en la
lingüística como una constante universal en el habla: el deseo de mayor
expresión con el menor esfuerzo. Por ello
los hablantes acortan los nombres o reducen a uno los compuestos y, las
palabras, se funden y contraen con palabras vecinas y procuran siempre decir
más con menos.
Kahneman
trae a colación un interesante ejemplo al respecto. Sostiene que “las palabras
fácilmente pronunciables provocan una actitud favorable. A las compañías con
nombres pronunciables les va mejor que a otras la semana después de emitir sus
acciones, aunque el efecto desaparece con el tiempo. De los nombres cortos y
recordables depende en parte la
popularidad de un sujeto.
De otra parte el tiempo necesario
para convertirnos en expertos o desarrollar totalmente la habilidad de leer de
manera competente, está asociado a un largo y sostenido esfuerzo. Kahneman cita
estudios sobre maestros de ajedrez que requieren al menos 10.000 horas de
práctica. Lo que equivales a seis años ejercitando durante cinco horas diarias
para alcanzar un nivel máximo. Sostiene que:
“…aprender en el ajedrez hasta alcanzar un
alto nivel puede compararse a aprender a leer. El principiante se esfuerza por
reconocer las letras y juntarlas en sílabas y palabras, pero el buen lector
adulto percibe oraciones enteras. Un lector experto también ha adquirido la
capacidad para juntar elementos familiares en una nueva combinación, y al
instante puede reconocer y pronunciar correctamente una palabra que nunca antes
ha visto”.
Es decir,
que así como el ajedrecista experto puede ver y reconocer en instantes jugadas
completas y anticipar acciones, el lector desarrolla habilidad y rapidez para
comprender el asunto global de un texto, reconocer sus partes, hacer
inferencias, anticipaciones y deducir información implícita en el texto.
Por todo lo
anterior, y desde el punto de vista de Kahneman, podemos deducir la dificultad
diaria que afronta la escuela para enseñar a leer, que básicamente consiste en
enfrentar al sujeto a la ejercitación de un “Sistema 2”, perezoso y con
aversión al esfuerzo pero que sin embargo, significa la forma de acceder al
conocimiento de manera profunda, crítica y analítica según la exigencia de
ciertos conocimientos y disciplinas.
Y se puede
comprender también, la popularidad de los medios informáticos computacionales
contemporáneos que ofrecen desde la
integración de la imagen, el audio, el texto y el video, un potencial acceso al
conocimiento desde el “Sistema 1”, automático, asociativo y placentero, pero
necesariamente superficial.
Lo que no
está claro cómo adaptar, cómo tratar, cómo valorar la emergencia de estas
nuevas prácticas de leer en relación al conocimiento necesario para un sujeto
que debe formarse no solo para la comunicación y la expresión, sino como sujeto
social, político, humanista y crítico en relación al conocimiento, pues en
últimas, de ello dependerá, su sobrevivencia y autonomía como individuo y la
construcción de lo social en el escenario supuesto de las “sociedades del
conocimiento”.
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