Por: Otto Gerardo Salazar Pérez
Grupo
de Estudio Da Vinci
Grupo de Investigación sobre Educación, Sociedad y Región, Da Vinci
Hingkelammert* nació en Alemania en 1931. Es un teólogo y economista, un teórico influyente de la teología de la liberación que escribe críticas sobre el nuevo capitalismo. Obtuvo un doctorado en economía de la Universidad Libre de Berlín y trabajó en la Universidad Católica de Chile. Después del golpe de Pinochet se radicó en Costa Rica, y desde el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, artilla las críticas más lúcidas sobre el modelo neoliberal y reflexiona sobre la misión de la universidad en el mundo, especialmente, frente al fenómeno de la globalidad económica.
Su conferencia sobre “La
Universidad frente a la globalización” (2005), lleva a pensar sobre las
responsabilidades que de forma inevitable le competen a la universidad frente
al fenómeno de la globalidad económica.
Varios fenómenos de la realidad
de nuestro país, hacen oportuno su razonamiento: el ejercicio con pretensiones
monopólicas en comunicaciones de Carlos Slim en Colombia, la azarosa carrera de
la locomotora minera, una de las banderas del gobierno actual del presidente Santos
que arrasa con los ecosistemas del país, la quiebra reciente de Interbolsa, a
raíz de la especulación financiera, los proyecto privatizadores de educación
superior en el país, la negativa a revisar y reestructurar el quebrado sistema
de salud, e incluso los diálogos de paz, hacen una exigencia a la universidad
colombiana de asumir, en el presente y hacia el futuro, la obligación de ser
eje de una sociedad con responsabilidad frente a “los valores del bien común”.
La Universidad por sus misiones
de formar a los ciudadanos del futuro, investigar y proyectarse en el entorno,
le cabe de manera inevitable la responsabilidad de ser eje y promover
directivas sobre la sociedad que se desea construir en el marco de un estado
social de derecho. Hinkelammert aduce sobre ellos las responsabilidades
inevitables. “La responsabilidad por la condiciones de posibilidad de la vida
(…) Somos responsables aunque no lo queramos.”
En este sentido, Hinkelammert
se refiere a los límites de crecimiento. Desde 1972, el Club de Roma, expresó
la afectación que nuestro quehacer cotidiano inflige a la tierra y sus
ecosistemas.
Igual, la biotecnología y los
avances y manipulación en genética, nos ha puesto en expectativa de las
implicaciones éticas y las consiguientes ventajas y desventajas que traería la
manipulación en seres humanos, lo cual pone en crisis el profundo sentido
humano.
De otra parte, la concentración
de riqueza que genera el comercio y consumismo exacerbado y la especulación
financiera de los excedentes de capital, ha llevado a la exclusión creciente de
amplios sectores de la población que se ven desplazados de sus tierras y sin
las condiciones mínimas para satisfacer sus necesidades, lo que en Colombia ha
alimentado la guerra y todas las formas de violencia y delincuencia común y
narcotráfico.
La misma educación y la salud,
ante los ojos del capital, ha mutado su condición de derecho fundamental en
“servicio”, en mercancía que excluye a los que carecen de capital,
profundizando y manteniendo los estados de inequidad social.
La universidad, de nuevo, como
lo afirmara Derrida, es el último bastión de resistencia y cuna preservativa de
la cultura. Los modelos de universidad privada que se quieren impulsar,
centrado en la tecnología con desprecio de la filosofía, la literatura, los
valores y el humanismo, alentados por el capital ocioso del modelo neoliberal,
desean capturar este último muro de contención, donde la inteligencia, la
reflexión y la crítica que examina, evalúa y puede brindar opciones de vida con
sentido y humanismo.
* Hinkelammert, F J. 2005. La
Universidad frente a la globalización. Clase magistral de inauguración del año
académico 2005 en la Universidad Bolivariana.